27 Ago / 03:32 pm

Sigue este procedimiento efectivo para salvar tus dientes

En Estados Unidos se realizan anualmente más de15 millones de tratamiento de conductos, según la Asociación Americana de Endodoncia

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Cuando una caries u otra situación dañan significativamente una pieza dental, es posible que la única opción para salvarla sea un tratamiento de conductos, un procedimiento que se practica 41.000 veces al día en nuestro país, según reporta la Asociación Americana de Endodoncia.

Este procedimiento, también llamado terapia endodóntica, tiene como objetivo remover las bacterias y el tejido nervioso muerto o en descomposición del interior de un diente afectado, extirpando su pulpa y sellando el espacio con materia inerte para evitar la pérdida de la pieza dental.

Los orígenes de este tratamiento se remontan al siglo XVII, aunque el referente más importante en este sentido es el estadounidense, especialista en terapia de conductos radiculares, Harry B. Johnston, quien acuñó el término endodoncia, que viene de las palabras griegas “endo”, que se traduce como dentro, y “odontos” que quiere decir diente.

Actualmente, este término da nombre a una especialidad odontológica reconocida desde el año 1963 por la Asociación Dental Americana.

La temida terapia, porque puede implicar varias sesiones, se aplica en dientes fracturados o con caries profundas que presentan una infección que lesiona considerablemente el tejido pulpar, haciendo que la extirpación total de la misma sea la única opción terapéutica posible.

La lesión en la pulpa dental, conocida como pulpitis, provoca un dolor continuo y permanente que aumenta al contacto con el frío, el calor, y los alimentos dulces o ácidos. Se trata de una condición delicada que requiere atención inmediata para evitar el daño del hueso circundante al diente y complicaciones mayores.

Paso a paso

El tratamiento de conducto puede resultar un tanto incómodo porque involucra una serie de pasos que implican varias visitas al odontólogo. Tras el examen rutinario y las radiografías para confirmar la situación interna de la pieza dental comprometida, el proceso comienza con la perforación de la pieza.

Una vez expuestos los conductos, se procede a realizar la pulpectomía, es decir, la remoción total de la pulpa dañada. Luego se limpia, se agranda la cavidad y se da forma a la cámara de la pulpa y a los conductos de la raíz para, finalmente, rellenar la cavidad de forma temporal.

En la siguiente visita, se retira el material temporario y se procede a restaurar, en forma permanente, la cámara pulpar y el conducto radicular, para luego insertar un material cónico de goma en conducto para sellarlo completamente. En algunos casos también se coloca una varilla plástica a modo de soporte estructural.

Finalmente, se coloca una pieza prefabricada, que llaman corona, sobre el diente para devolverle su forma y aspecto natural. Toda pieza dental sometida a este procedimiento odontológico puede durar toda la vida si se cuida correctamente, aunque como ya el diente no tiene la pulpa que lo mantenía vivo, ciertamente se torna quebradizo y es propenso a fracturas.

Alternativa riesgosa

Los tratamiento de conducto son seguros, pero no están exentos de complicaciones, a pesar de que tras el procedimiento, la pieza dental trabajada es considerada un diente muerto. Situaciones como la presencia de una grieta en la raíz del diente que no se haya detectado a tiempo, una restauración defectuosa o el desglose del material de sellado interior, pueden provocar la entrada de bacterias en la zona.

Y esta presencia de bacterias es bastante común. No en vano la Asociación Dental American ha declarado abiertamente que los microbios permanecen en los conductos dentales de las piezas tratadas con endodoncia, aunque enfatizan que esto no representa una amenaza para la salud del paciente.

Pero más allá de los riesgos, lo cierto es que gracias a los avances odontológicos el tratamiento de conducto ya no es un procedimiento doloroso, sino un recurso confiable para salvar un diente enfermo y ayudar a mantener una sonrisa completa y sana.

Fuente: Diario las Américas

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