La candidata a ser abanderada de Chile en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro Francisca Crovetto y el remero paraguayo Arturo Rivarola fueron víctimas de sucesos que trastocaron sus tiempos de preparación.

La tiradora se encontraba en la casa de su hermana, situada en la localidad de Ñuñoa (Santiago), cuando advirtió que las ventanas traseras de su auto habían sido destruidas. De allí sustrajeron elementos necesarios para que pueda desarrollar su disciplina: tiro al vuelo.

“Gracias a Dios, mi escopeta estaba en la casa de mi novio. Si me la robaban, no podía ir a Río”, comentó la deportista trasandina al medio La Tercera.

Zapatillas, un gorro, un chaleco de tiro, ropa térmica, orejeras y lentes son los materiales que le faltan a Crovetto, quien quedó golpeada tras el hurto. “Lo que robaron no les servirá de nada porque son cosas muy específicas para mi disciplina. No sé si podré recuperar todo a tiempo, me las tendré que arreglar”, manifestó la tiradora, quien igualmente no pierde las esperanzas de tener un buen papel.

Por su parte, Arturo Rivarola denunció que el motor de la lancha que usa su entrenador para seguirlo en los entrenamientos fue hurtado durante la madrugada del jueves.

El valor del motor ronda los 8 millones de guaraníes (1.430 dólares)

Según explicó, el robo sucedió en el Club de Pesca y Deportes Náuticos Pacú Cuá, distrito de Encarnación, donde se encontraban ultimando detalles de su preparación, antes de viajar a Brasil la próxima semana.

Los Juegos de Río comenzarán el 5 de agosto y son los primeros que se realizarán en Sudamérica, pero los problemas más allá de la organización parecen acrecentarse a medida que la fecha de inauguración se acerca.

Fuente: Infobae