Hace tres años el mundo de la natación se estremeció al descubrir que el máximo ganador de medallas en los Juegos Olímpicos, Michael Phelps, lejos de rebosar de alegría por sus logros en el deporte reconocía abiertamente ser presa de una terrible depresión, la cual se le estaba saliendo de control e incluso lo había puesto al borde del suicidio.
“Hay momentos en los que me siento absolutamente inútil, donde me apago por completo, pero tengo esta ira burbujeante que está por las nubes. Si soy honesto, más de una vez grité en voz alta: ‘¡Ojalá no fuera yo!’. A veces hay una sensación abrumadora de que no puedo soportarlo más. Ya no quiero ser yo”, reconocía el atleta olímpico.
Sin embargo, personas cercanas al nadador estadounidense se le acercaron para proporcionarle apoyo y se recuperó al grado de que en mayo pasado el propio Phels señaló que todo había sido una mentira.
Ahora ha salido a luz un nuevo y triste capítulo de la vida del “Tiburón de Baltimore”, pues su esposa Nicole Johnson asegura estar muy preocupada al ver como se consume internamente Michael Phels.
“Solía pensar que podía arreglarlo, ser su terapeuta, lo que él necesita. Pero lo que he aprendido es que no puedes responsabilizarte por cómo se siente, no importa cuánto le quieras”, reconoce la ex Miss California.
Asimismo, la pareja que acompaña al exitoso nadador desde 2016, reconoce que recurrido a la figura de Boomer Robert, Beckett Richard y Maverick Nicolas —sus pequeños tres hijos— para tratar de levantar la moral de su marido.
“Los chicos quieren estar cerca de Michael cuando tiene un día difícil. Quieren intentar hacerlo feliz, especialmente Boomer porque es el mayor. Así que decimos, ‘Hey Booms, papá lo está pasando mal y solo necesita tomarse un momento para estar solo’. Queremos que Boomer entienda que no se trata de él, se trata de Michael”, asegura.
Fuente: DLA
