22 Jul / 10:19 am

Una “guerra de selfies” siniestra: paramédicos se fotografiaban con sus pacientes inconscientes

Ambos son del estado de Florida. En total las imágenes muestran a 41 víctimas diferentes. Algunas de ellas murieron horas después de ser atendidas

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Lo hacían como una competencia. Una rivalidad laboral. Para ellos, era un “juego” que los divertía. Algo inocente. Pero en verdad se trataba de un juego siniestro. Era lo que en el trabajo hacían Kayla Dubois y Christopher Wimmer, dos paramédicos del condado de Okaloosa, Florida, quienes intercambiaban fotografías de los pacientes que estaban bajo sus cuidados.

Todo comenzó en septiembre de 2015 y duró hasta abril pasado. Pero mientras para ellos se trataba de algo divertido, para las víctimas y los investigadores era algo “enfermo”, indicó el Sheriff Larry Ashley.

“Todos los pacientes fueron tratados médicamente como se suponía que debían serlo. Esto tiene que ver más con un tema de privacidad y respeto y dignidad”, agregó Ashley en conferencia de prensa.

La policía de Okaloosa describió el intercambio fotográfico como una “guerra de selfies”. La misma consistía en enviarse entre ellos autofotos con pacientes que no podían reaccionar y en estado crítico en algunas oportunidades. Siempre, todas las víctimas se encontraban inconscientes, entubados o anestesiados.

Dubois fue detenida el jueves por la mañana en el condado de Navarre, Florida. Fue acusada de cometer un delito de tercer grado. Su compañero de aventuras Wimmer se presentó ante las autoridades y fue acusado por las mismas ilegalidades. La fiscalía pediría el máximo de pena, que podría llegar hasta siete años de prisión.

Los investigadores revelaron a la prensa el material que consiguiero de parte de los acusados. Un total no advertido de fotografías muestran el estado de 41 pacientes diferentes en estado grave, tendidos sobre las ambulancias. Las edades de las víctimas de la “guerra de selfies” varía entre los 24 a 86 años. Al parecer, tres de ellos habrían dado el visto bueno para ser tomados por la cámara de celular de los paramédicos. Pero tal era la gravedad que revestían alguno de los heridos que dos de ellos murieron posteriormente.

En mayo, cuando el intercambio de imágenes se había tornado incontrolable, debieron ser los jefes de ambos quienes pusieran fin a la desagradable práctica. Wimmer debió renunciar, mientras que Dubois fue echada. Ahora, pagarán muy caro por lo que creyeron que era una broma, pero se transformó en un siniestro juego con personas inconscientes.

Fuente: Infobae

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