17 Jul / 07:03 am

Miami-Dade afronta su gran prueba de fuego de cara al coronavirus

El Condado señala que “todas las opciones” para detener el virus “son consideradas”, incluso otra orden para permanecer en casa, lo que resultaría en un duro golpe a la economía en un año de elecciones

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Las altas cifras de contagio de coronavirus en Miami-Dade son alarmantes. No solo porque sean altas, sino porque la saturación de pacientes en hospitales lo demuestra, y nadie lo puede negar. Y eso es precisamente lo que más preocupa al alcalde condal, Carlos Giménez, y los médicos expertos que le aconsejan.

“Miami es ahora el epicentro del virus”, determinó la doctora Lilian M. Abbo, especialista en enfermedades infecciosas de la red médica de University of Miami y miembro del equipo grupo médico asesor de Miami-Dade, durante una conferencia telemática, en la que participaron otros expertos médicos y el alcalde Giménez.

“Lo que vimos en Wuhan [China, donde surgió el virus] hace cinco meses, es lo que estamos viendo ahora aquí”, subrayó la especialista.

De hecho, la impactante frase fue titular de varios medios de comunicación. Incluso la prensa europea se hizo eco de ello, al reportar que los hospitales en la muy celebrada ciudad floridana, meta de millones de viajeros en el mundo, reportan que han tenido que habilitar más camas para atender el alto número de pacientes que necesitan respiración artificial.

A diferencia de China, donde el sistema totalitario facilita la implementación de normas y su cumplimiento, la situación en EEUU y todos sus estados, condados y ciudades es diferente.

“Creo que podemos manejar la situación que tenemos en los hospitales”, opinó el presidente de la red hospitalaria Jackson Memorial, Carlos Migoya, en Miami.

“Con mucho estrés y con mucho trabajo, podemos manejar la situación, pero no por siempre”, reclamó.

De hecho, son varias las voces que piden reabrir los dos centros médicos portátiles que fueron habilitados en abril, uno en el Miami Beach Convention Center y otro en Tamiami Park, cuando los números de pacientes fueron inferiores.

Pero la orden, los fondos, deben llegar de Tallahassee, donde radica la gobernación estatal de Florida.

“Es inconcebible que hayamos tenido dos hospitales temporales en abril, cuando las cifras eran menores, y ahora no los tengamos”, reflexionó el exalcalde condal Alex Penelas.

¿Otro cierre?

Sobre si se convocó la llamada reapertura antes de tiempo, cuando Miami-Dade reportaba cifras muy inferiores a mediados de mayo, el acalde Giménez respondió: “Se busca culpar. Que si reabrimos antes de tiempo. Pero la razón [por el rebrote] somos nosotros mismos. Mientras no cambiemos la manera que actuamos, no saldremos de esto”.

“Nadie quiere cerrar la economía. Volver al punto anterior. Nadie quiere que la gente pierda sus empleos. Pero sabemos que las reglas sanitarias hay que cumplirlas hoy más que nunca porque si no, tendremos que tomar otras medidas”, subrayó la doctora Abbo.

Ante la posibilidad de convocar otro llamado para permanecer en casa y volver solo a atender los empleos esenciales, el acalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, señaló que “todas las opciones” para detener el virus están siendo consideradas.

No obstante, el alcalde condal volvió a recalcar que el incumplimiento de normas sanitarias es la causa principal del rebrote y enfatizó la necesidad de “cumplir las normas establecidas”, como uso de mascarilla, distanciamiento físico e higiene personal, que además de lavado frecuente de manos pide evitar tocarse los ojos, nariz y boca.

Si se cumplen o no las regulaciones, por la mayoría de la población, es tan cuestionable como cualquier otra razón. Para saber si se usan mascarillas en lugares públicos bastaría observar, mirar alrededor, y contar tanto las personas que las usan como las que no.

Y acerca de quienes no llevan mascarillas, la pregunta sería cómo controlar, cómo hacer que la gente las use. Actualmente existe una orden condal. Quien no la use comete un delito.

“Es difícil multar por no usar mascarilla”, argumentó Giménez, y mencionó que hay ciertas “reglas legales por cumplir” que dificultan el manejo de la penalización.

“Por eso necesitamos que la Comisión condal defina la ordenanza que regiría este asunto” para multar, manifestó Giménez.

La ley existe. La ley estatal 252.50 de estatutos en Florida plantea “quienes que desobedecen las órdenes pueden enfrentar hasta 60 días en la cárcel, una multa máxima de $ 500 o ambos”.

En el caso de la Ciudad de Miami, el cuerpo legislativo municipal adoptó amonestar con un aviso la primera vez que la persona sea pillada sin el uso debido de la mascarilla. La segunda vez recibirá una multa de 50 dólares, la tercera vez sería 150 dólares y la cuarta el monto aumentaría a 500 dólares e incluso detención y proceso judicial ante juez, lo que podría resultar en una penitencia aún mayor.

“Independientemente de los que hagamos, necesitamos ser buenos ciudadanos (cumplir las reglas). Eso va a hacer mucho más que cualquier multa que impongamos”, recalcó Giménez.

Otros culpan las fiestas nocturnas en casas particulares, incluso en locales comerciales, o las protestas multitudinarias que tuvieron lugar en junio. De cualquier manera, ninguna de estas dos posibles causas está respaldada por datos oficiales de rastreo.

¿Errores?

Hay culpas, justificaciones y un sinfín de irregularidades, que van desde incumplimientos hasta manipulaciones y discrepancias políticas. Y en medio de la ecuación está la salud pública.

Además del interés que supone la salud pública, “no se puede negar que hay decisiones que se toman pensando en el resultado electoral que se pueda tener. Y la buena salud de la economía juega un papel significativo en ello”, declaró el profesor de ciencias políticas de Fordham University, en Nueva York, Mario Tavares.

No obstante, el académico también entiende “que las personas tienen necesidades, y que necesitan un trabajo para poder vivir cuando no tenemos suficientes regulaciones para enfrentar una crisis como esta: digamos pagar alquiler, cuando toma semanas, incluso meses, obtener el primer cheque de beneficios por desempleo”.

“Es una situación difícil. Hay muchas presiones que vienen de diferentes frentes”, valoró.

Por otra parte, el exalcalde de Miami Penelas indicó: “Hay que mejorar la comunicación entre el Gobierno estatal, el Condado y los municipios”.

Y recalcó: “Hay falta de coordinación. Hay mensajes inconsistentes y contradicciones que provocan mucha confusión en la gente”.

Con o sin regulaciones, la ciudadanía “tiene que hacer su parte y protegerse”, resaltó. Pero no es menos cierto que “hay que hacer cumplir las regulaciones”.

“Debimos haber esperado unos días para coordinar los recursos entre todos y estar listos para hacer cumplir las reglas antes de reabrir la economía”, enfatizó.

 

Fuewnte: DLA

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