11 Jul / 02:20 am

“El periodismo es una pasión, no es un medio para llegar a un fin”

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MIAMI. -“En las universidades de Venezuela y del mundo se viene tratando la ética, las dificultades del periodismo digital y de cómo la abundancia de información en la red, con la amplificación y el alcance que le dan las redes sociales conformadas por usuarios empoderados con una tecnología que creen que es infinita, exige un periodismo más comprometido con la verdad. Ese es el gran tema: el compromiso del periodismo con la verdad”.

Afirma la profesora y periodista venezolana Marta Colomina, en entrevista ofrecida a Diario Las Américas en la que analiza los retos que se presentan en la ética periodística, tradicionalmente valorizada en las escuelas de Comunicación Social, pero que se ha visto desdibujada con el auge de los medios digitales y las redes sociales.

“Este es un proceso en el cual la ética juega un papel esencial, tal como lo defienden todos los autores (que analizan el tema) para preservar la credibilidad”, acota.

Colomina, quien ha sido una de las periodistas más crítica del régimen de Venezuela, asegura que la ética es considerada por los estudiosos como el ADN del periodismo tanto el tradicional como el actual.

“La ética es el tema central de la guía tanto de los docentes del periodismo como de los periodistas prácticos y de los investigadores. Hay una gran bibliografía sobre la cantidad de temas que emergen en la aparición de la era digital como son las nuevas audiencias; la expansión e impacto de las redes sociales en la instantaneidad que es uno de los aspectos que atenta contra el trabajo tradicional del periodista”.

Resalta que esa instantaneidad unida a las fake news, lleva a la pregunta: Cómo hace un periodista que se dedica a la investigación, para poder combatir estas prácticas y para poder presentar, a través de la investigación que realiza, un trabajo a tiempo.

Destaca que el problema se presenta cuando ese profesional del periodismo termina su trabajo con los procedimientos tradicionales y serios, pero ya en las redes sociales hay miles de informaciones sobre el tema que han eliminado la posibilidad de dar una exclusiva, conocida en Venezuela como “tubazo” (término para definir la noticia exclusiva que se ofrece en primicia).

Colomina, quien impartió clases de periodismo por más de 25 años y fue directora de la escuela de Comunicación de la Universidad del Zulia, en su reflexión sobre el tema se pregunta si “estamos en estos momentos en la era digital ante una nueva ética, distinta a la del periodismo tradicional; o por el contrario siguen vigente e inalterados los principios tradicionales como son: el compromiso con la verdad, la independencia y la responsabilidad con la sociedad”.

Asegura que estas tres características no coinciden con las informaciones o las muestras que aparecen en las redes sociales o en cualquiera de los grandes consorcios internacionales.

“La desinformación es considerada una de las peores amenazas del periodismo profesional. Las fake news son como un virus que puede acabar con el periodismo mismo porque se difunden a través de muchos más medio y son leídas por mucha más gente, a diferencia del trabajo serio que pueda hacer un profesional de la comunicación después de hacer una investigación”.

Y se cuestiona: “Cuál es la responsabilidad de los periodistas con este fenómeno de la desinformación. Somos víctimas o victimarios, porque la culpa también es nuestra y es muy difícil responder”.

Resalta que le impresiona la cantidad de sustitutos de la verdad que aparecen. “Una serie de juegos malévolos que no puedes precisar con la práctica estandarizada. La renuncia del papel crítico a que hemos llegado, que tradicionalmente conservábamos los periodistas, e inclusive hoy en día, la separación que hay entre la opinión y la información es nula. La información cuanto más original es cuando contiene más opinión del periodista que la da a conocer. Son tantas las variantes, que señalar normas es físicamente imposible”.

Fake y la política

Colomina, quien radica en España desde hace más de 5 años, asegura que el gobierno de Pedro Sánchez, aunque no es tan estrambótico como el régimen dictatorial de Venezuela, es muy similar, y además en su seno mantiene alianzas con los que ella llama “chavistas españoles”.

“Desde el propio gobierno no hay información de estado, hay propaganda para permanecer en el poder. Que es otra perversión que afecta a los medios, y no por su naturaleza, sino por el comportamiento de unos estados o unos gobiernos que han caído en un populismo excesivo y que contaminan absolutamente todo”.

Destaca que en España los medios en general dejaron de ser informativos y se convirtieron en propaganda de los intereses de quienes los poseen o de quienes los controlan, hecho que atenta contra la credibilidad.

Asegura que, en el caso de Venezuela, donde es imposible verificar o contrastar la información, cuando se tiene en las manos una noticia que no ha sido verificada, pero que cree que es necesario darla a conocer, se debe advertir que es extraoficial.

“Una cosa es que esa ética se use menos, otra, que esa ética desaparezca porque muchos no la usen. Para que tu escrito sea ético, tu trabajo sea ético, tienen forzosamente que estar los principios tradicionales como son la verdad, la independencia y la responsabilidad con la sociedad en la que te desenvuelves. Eso es vital que tú tengas la fe y la constancia de que lo que estás diciendo es verdad (…) Es cierto que la ciencia envejece, pero los valores no son los mismos hoy o en la época de Cristo. El periodismo es una pasión, no es un medio para llegar a un fin. El periodismo es una razón de vida”.

“Desde el propio gobierno no hay información de estado, hay propaganda para permanecer en el poder. Que es otra perversión que afecta a los medios, y no por su naturaleza, sino por el comportamiento de unos estados o unos gobiernos que han caído en un populismo excesivo y que contaminan absolutamente todo”.

Destaca que en España los medios en general dejaron de ser informativos y se convirtieron en propaganda de los intereses de quienes los poseen o de quienes los controlan, hecho que atenta contra la credibilidad.

Asegura que, en el caso de Venezuela, donde es imposible verificar o contrastar la información, cuando se tiene en las manos una noticia que no ha sido verificada pero que cree que es necesario darla a conocer, se debe advertir que es extraoficial.

“Una cosa es que esa ética se use menos, otra, que esa ética desaparezca porque muchos no la usen. Para que tu escrito sea ético, tu trabajo sea ético, tienen forzosamente que estar los principios tradicionales como son la verdad, la independencia y lo responsabilidad con la sociedad en la que te desenvuelves. Eso es vital que tú tengas la fe y la constancia de que lo que estás diciendo es verdad (…) Es cierto que la ciencia envejece, pero los valores no son los mismos hoy o en la época de Cristo. El periodismo es una pasión, no es un medio para llegar a un fin. El periodismo es una razón de vida”.

 

Fuente: Diario Las Américas

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